Psiquiatra Sexólogo en Guayaquil

Durante mucho tiempo ha existido una desgracia social en la que se aludía a los individuos con un comportamiento disfuncional como individuos “dementes”. La cuestión es que “loco” para esta situación tiene un desafortunado significado subyacente. Es de suponer que se imagina que tener una inestabilidad psicológica es estar loco, ser un imbécil o algo por el estilo. Sea como sea, esto no es cierto. Deberíamos normalizar las inestabilidades psicológicas ya que sólo son eso, dolencias. Con esto quiero decir que si cuando un individuo tiene un resfriado o se rompe una pierna (en definitiva, tiene una enfermedad real) no hacemos desprecios inmediatos o palabras pesimistas hacia él, tampoco sería buena idea que lo hiciéramos cuando un individuo experimenta una inadaptación psicológica. La inadaptación psicológica es normal en la sociedad actual. Además, una enorme región de la población del planeta presenta efectos secundarios que podrían ser viables con una cuestión psicológica. En consecuencia, acepto que debemos dejar de acusarnos a nosotros mismos y dejar de acusar a los demás cuando tenemos una inadaptación psicológica

A menudo oímos a las personas minimizar la importancia de las inestabilidades psicológicas diciendo: “le pasa a todo el mundo”, “cualquiera tiene un día terrible”, “si descansas, se te pasará”, etc. A pesar de que en realidad es cierto que todos tenemos días terribles, que todo el mundo puede tener efectos secundarios, etc. La clave está en saber percibir que en el caso de que estas consideraciones o efectos secundarios de la inadaptación psicológica posean una pieza enorme de nuestro día o independientemente de que nos condicionen, debemos pedir ayuda. En respuesta a la pregunta: efectivamente, la inadaptación psicológica puede perjudicar. En el caso de que lo sean, lo mejor es pedir ayuda a un experto.

La convicción de que los problemas de bienestar emocional están firmemente relacionados con la brutalidad no tiene ninguna premisa lógica.

No es un hecho que los individuos con problemas mentales sean más contundentes o estén más predispuestos a realizar manifestaciones feroces o criminales que los individuos sin estos problemas.

Tampoco es genuino que sean peligrosos para la sociedad. A decir verdad, ocurre con más frecuencia que estos individuos sean supervivientes de hostilidad, abuso y maltrato que que sean responsables de una manifestación viciosa.

Las ocasiones irregulares en las que un individuo con un problema psicológico comete demostraciones de brutalidad, ya sea hacia sí mismo (contando la autodestrucción) o hacia su familia o clima social, se deben predominantemente a que este individuo no recibe prácticamente ninguna consideración o respaldo. Esto ocurre en algunas ocasiones incluso a pesar de haber realizado intentos por su parte o por la de su círculo más cercano para adquirir servicios médicos.

Para ello es fundamental que, en el ámbito del bienestar, se realicen encuentros individuales e incesantes en el tratamiento sorprendentemente con problemas mentales.

En el círculo social y social, los medios de comunicación realmente deben cubrir los temas de bienestar emocional desde una perspectiva positiva y no excluyente.

Ya que relacionar las ocasiones feroces con los problemas mentales no sólo es falso en la mayoría de los casos, sino que además propaga la idea de que las personas con problemas mentales son viciosas, contundentes y actúan sin sentido.

Por lo general, no existe una única razón. En caso de duda, para que aparezca un problema de bienestar emocional debe haber una mezcla de variables hereditarias, clima social y encuentros vividos. La mayoría de los problemas de bienestar psicológico suelen empezar en la inmadurez y en la juventud o después de haber sufrido un percance terrible, por ejemplo, la pérdida de un empleo, la muerte de un familiar, una separación o una mudanza. Aunque ciertos individuos pueden estar más inclinados hereditariamente que otros a tener un problema psicológico, estos elementos son desencadenantes: Abuso de sustancias Licor y medicamentos Estrés Vida cotidiana rota Circunstancias de evasión social Circunstancias de mal uso Propensiones poco saludables Supuestos sociales o potencialmente amistosos En consecuencia, es fundamental para estar seguros de que todos podemos tener un problema psicológico durante nuestras vidas de un tipo u otro. Además, que el bienestar psicológico se puede recuperar o mejorar y que las personas con problemas mentales estudian, trabajan, tienen familia, hijos, compañeros y ejercen sus libertades y compromisos como los demás habitantes. Los problemas de bienestar emocional no son un obstáculo para llevar una existencia normalizada y estar completamente coordinado en la sociedad, siempre y cuando la ayuda esencial sea accesible. En consecuencia, la consideración individualizada y persistente, así como el fin de los obstáculos sociales indetectables (prejuicios, estigmas…), son componentes esenciales para garantizar unas puertas abiertas equivalentes.